En mi serie de 10 propuestas para solucionar el problema de vivienda en España, he querido ir más allá del diagnóstico.
Esta es una de las medidas que considero más potentes: crear diseños técnicos preaprobados a nivel nacional.
Lo más sorprendente de esta propuesta es que no tiene nada de novedosa, sólo tenemos que volver a las raíces de la arquitectura tradicional española.
Que la tradición sea una solución
Estoy convencido que la respuesta a uno de los grandes problemas de la España actual, está en sus raíces. No necesitamos innovar, podemos recuperar una tradicción, iterándola y modernizándola, honrando a nuestros ancestros.
¿Qué significa esto? Básicamente, propongo desarrollar planos, memorias de cálculo, listas de materiales y toda la documentación técnica necesaria para construir una vivienda segura, funcional y eficiente para una familia promedio.
Estos modelos estarían validados por una entidad nacional competente, de forma que puedan usarse libremente en cualquier municipio sin necesidad de pasar por un proceso burocrático nuevo cada vez que alguien quiera construir.
Construir sin reinventar la rueda
Hoy, cada proyecto de vivienda debe atravesar múltiples filtros técnicos y normativos que varían según la comunidad autónoma, la provincia e incluso el municipio. Esto encarece los costos, alarga los plazos y desincentiva la construcción. Yo propongo dar un giro: crear 5 modelos base de vivienda pre-aprobados, adaptables a cualquier parte del país.
¿No es viable unificarlo todo en cinco modelos? Entonces propongo uno por región, considerando sus particularidades climáticas y geográficas. Lo importante es simplificar, estandarizar y permitir que cualquiera que disponga de un terreno pueda levantar su casa con menor coste, menor complejidad y menor incertidumbre.
¿Te incomoda que tu casa sea igual a la del vecino?
Lo dudo. Y si lo piensas bien, seguro coincidiremos. Los edificios de pisos repiten la misma unidad una y otra vez y nadie se queja por eso. Cada vivienda termina siendo única por quienes la habitan. Muchas casas idénticas pueden convertirse en hogares muy diferentes.
La estandarización no elimina la identidad: solo elimina los obstáculos innecesarios. Si tener un plano ya aprobado puede ahorrarte meses de trámites y decenas de miles de euros, ¿realmente importa si la distribución interna es igual a la de otra casa en otra ciudad?
Ventajas concretas de esta propuesta
- Agiliza los trámites: al estar preaprobados, los modelos pueden replicarse sin demoras administrativas.
- Reduce costes: tanto en materiales como en tiempo y honorarios técnicos.
- Facilita la autoconstrucción o la cooperación vecinal.
- Permite escalar rápidamente: se podrían levantar cientos o miles de viviendas en paralelo sin saturar las oficinas técnicas.
- Hay varios antecedentes en España
Una medida con lógica brutal
Estoy proponiendo facilitar el acceso a una vivienda digna para miles de personas que hoy no pueden pagarla. La personalización llegará después: en el color de las paredes, en las cortinas, en el jardín, en las decisiones cotidianas que hacen de una casa un hogar.
¿Y si lo que nos impide construir más viviendas no es la falta de ideas, sino el exceso de trabas? Yo creo que sí. Y por eso defiendo esta medida: porque poner la técnica al servicio de la gente es más urgente que nunca.
Estamos hablando de un ahorro de más del 30% del costo total de construcción, tal como expuse en el artículo: Eliminar los impuestos a la primera vivienda en España: Una deuda moral. Con esta propuesta se podrían ahorrar la gran mayoría de esos gastos en honorarios, tasas y trámites y acelerar radicalmente los tiempos para comenzar a construir.
Antecedentes históricos: muchas viviendas iguales, muchos hogares distintos
La idea de construir viviendas similares no es nueva. España tiene una larga tradición de arquitectura vernácula repetitiva, donde los hogares compartían diseño, materiales y estructura adaptadas al entorno local.
Volver al origen y a lo que demostró empíricamente tener buenos resultados puede ser una de las soluciones que España necesita.
Un ejemplo claro son las casas asturianas, con sus características paneras y hórreos, construidas con madera y piedra, elevadas del suelo para proteger los alimentos y mantener el aislamiento térmico. Su forma se repite pueblo tras pueblo, y sin embargo, cada una es única por el uso y la vida que acoge en su interior.

Otro caso emblemático son las cabañas pasiegas de Cantabria, viviendas rurales sencillas y robustas, diseñadas para soportar los duros inviernos de la montaña. Durante siglos, familias enteras han vivido en construcciones prácticamente idénticas, organizadas de manera eficiente según las necesidades ganaderas y climáticas.

También podríamos citar las masías catalanas, las casas de labranza gallegas, o las cortijadas andaluzas: modelos de vivienda funcional, replicados una y otra vez, y profundamente enraizados en la cultura local. Todos estos ejemplos muestran que la repetición arquitectónica no impide la identidad ni el arraigo.

Es más, estas tipologías tradicionales son hoy valoradas por su eficiencia, su integración con el entorno y su lógica constructiva. Recuperar ese espíritu, pero con los recursos técnicos actuales, es una forma inteligente de avanzar.